20140527

"Los transgénicos son una bomba atómica con vida propia"

"Los transgénicos son una bomba atómica con vida propia"

La doctora en genética molecular Elena Álvarez-Buylla batalla en contra de los cultivos genéticamente modificados: "Somos sujetos de un experimento global, sin control ni consentimiento", asegura

Este riesgo "sólo se justifica por las ganancias privadas de las grandes corporaciones", afirma


Fue una bomba. Una prestigiosa revista publicó en septiembre de 2012 un estudio del francés Gilles-Eric Séralini que relacionaba el consumo de maíz transgénico con la formación de tumores. Un año después, la revista que publicó el trabajo le exigió su retirada. Ese desacreditado trabajo ha acentuado las suspicacias sobre las sentencias definitivas a favor o en contra de la modificación genética de semillas. En España las voces discrepantes se relacionan con ambientalistas mientras que los apoyos a esta tecnología se ligan a científicos.

La mexicana Elena Álvarez-Buylla se sale de ese modelo. Y está orgullosa de ello. Doctora en genética molecular y coordinadora del laboratorio de Genética Molecular del Desarrollo de la Universidad Autónoma de México –y con 106 publicaciones científicas a sus espaldas– no esconde su batalla personal contra estos cultivos.

Hay analistas que aseguran que hay un consenso internacional científico sobre los transgénicos, que no existen diferencias entre unos alimentos y otros...

Es totalmente falso que los transgénicos sean iguales a los silvestres. Hay evidencias que indican que, por ejemplo, la soja transgénica es nutricionalmente distinta, además de que la mayoría se rocía con grandes cantidades de glifosato –un agrotóxico– que penetra en las células y es nocivo para la salud. Y nos lo estamos comiendo. Estamos siendo sujetos de un experimento global sin controles y sin consentimiento, el experimento de una tecnología incipiente y a la vez obsoleta que, por razones científicas, tendría que ser suspendida.

¿En qué sentido?


Teniendo en cuenta los datos científicos y el puro sentido común, los organismos transgénicos no pueden ser iguales a los no transgénicos. Es una falsedad asegurar que un organismo puede ser equivalente después de que le introduzcas un solo transgen. Una pequeña perturbación en sistemas complejos, como un ser vivo, tiene consecuencias que no se pueden enumerar. Y mucho menos predecir las consecuencias en las interacciones con otros genes y la síntesis de muchas sustancias. El efecto de un gen (o un transgen) depende no sólo de sí mismo, sino de sus interacciones con otros genes y proteínas, y de la interacción del organismo transgénico con el ambiente.

¿De qué tipo de consecuencias habla?

Hay plantas que presentan moléculas distintas, no asociadas al gen producido sino a otros genes, los que se han alterado a su vez por esta modificación. Pero, además, el maíz o la soja están incorporando a sus células el herbicida al que son resistentes por la modificación genética. El glifosato –está probado– es un teratógeno (que produce malformaciones en el feto) y es posiblemente cancerígeno. Las plantas resisten ese veneno y lo incorporan, por lo que pasa a la cadena alimenticia.

¿También hay consecuencias para el medio ambiente?

Basta con que les vayan a preguntar a los agricultores americanos cuánto se están gastando ahora mismo en controlar las supermalezas que han crecido en las explotaciones de transgénicos que, después de muchos años, se han hecho resistentes al glifosato, al herbicida. Los organismos evolucionan y ya hay variedades de maleza que aguantan los herbicidas. Ahora amenazan con transgénicos que resisten a múltiples agrotóxicos; algunos aún más tóxicos que el glifosato.

¿Por qué defiende que se trata de una tecnología inútil?

La llamo pseudotecnología. Las variedades que comercializan las corporaciones se obtienen por ensayo-error. Es como si al vender un coche dijeran: 'Prueba este... Ah no, no va. Toma otro'. Se eligen las porciones de ADN que se quieren inocular en la planta y se colocan en diversos puntos de la cadena de ADN. Luego se ve cómo se desarrollan los ejemplares en el laboratorio, qué efecto ha tenido. ¿Cómo se analizan las plantas? A ojo. No con un estudio metabólico exhaustivo que sí podría revelar alteraciones aunque no estén, en teoría, implicadas en el gen que se ha modificado. Porque las redes que hacen interactuar los genes de un organismo son muy complejas. No son corto y pego, y ahí se queda el efecto. Rebotan por donde nadie se imagina.

¿Entonces qué es lo que sale de los laboratorios?

La empresa selecciona lo que quiere en esas condiciones de laboratorio. Desarrolla una línea para vender, la diferente de la silvestre. Pero los genes se mueven en el polen a miles de kilómetros de distancia. Por eso lo que se haga en España afectará a los vecinos. Lo que se hizo en EEUU ya contaminó el centro de origen del maíz mundial, que está en México. El polen viaja y hace germinar con su gen transgénico.

El contexto alrededor y las interacciones de esas plantas son ya diferentes. Con lo que las plantas que contengan el gen modificado por la empresa ya no serán como cuando se han producido en el laboratorio. Las hijas de esa planta llevarán ese transgen. Se irán acumulando transgenes. Está demostrado que no se pueden parar y controlar. Los transgenes se mueven y se acumulan en las razas nativas de los cultivos.

Tal y como usted lo plantea, es una 'contaminación' imparable.

La propia industria ha reconocido que lo poderoso de esta tecnología es que se va a implantar sin esfuerzo y cuando la gente se dé cuenta ya no va haber nada que hacer. Las secuencias genéticas patentadas se acaban acumulando en los cultivos originales. Y entonces, las empresas podrían hasta demandar a esos agricultores por utilizar una variedad sobre la que tienen una patente de exclusividad. Aunque sea el maíz nativo que esté contaminado.

De hecho, cuando se compra semilla transgénica estás obligado a destruir lo que no utilices en la cosecha. El único que tiene derechos sobre la reproducción de vegetal de esa semilla es la corporación. No se puede ni utilizar las semillas obtenidas con la cosecha.

¿Usted asegura que se asumen riesgos sólo para favorecer el negocio?

Claro. La gente está siendo sujeta a este riesgo público a favor de las ganancias privadas. Porque eso es lo único que hay detrás, de verdad. Existe por razones de lucro. ¿Queremos tirar la bomba atómica a ver qué pasa? Esto es una bomba atómica pero con vida propia. Es una contaminación que va atener su propia dinámica evolutiva y a los responsables de este crimen contra la humanidad no se les va a poder pedir cuentas.

¿Por qué?

Pues de entrada porque no se está etiquetando en la mayoría de los países latinoamericanos ( Nota: En Europa sí en el caso de que sea para alimento humano directo, aunque el 100% de los piensos están etiquetados como transgénicos porque hay tanto maíz importado –la mayoría transgénico– que los fabricantes han optado por decir que todo es transgénico).

Estamos en un mundo al revés donde la ciencia dominante, la ciencia del reduccionismo, muy obsoleta en el contexto actual pero con mucho poder económico, está validando con un traje falso en términos científicos una tecnología peligrosa y ambientalmente insustentable.

¿Usted niega los efectos beneficiosos de los transgénicos para aliviar el hambre en el mundo?

La realidad son grandes extensiones de soja transgénica resistente a glifosato. Grandes explotaciones de monocultivo. No hay que desenfocar. No hay que dejarse llevar por ese engaño. Por ejemplo, el arroz dorado que se ha introducido en Asia con un gen para dotarle de una vitamina de la que son deficientes los niños y que provoca ceguera. ¡Pero los niños son deficientes en esa vitamina porque no comen! Y para solventar la deficiencia tendrían que comer kilos de arroz dorado. Eso es irreal. Mejor unas verduritas. Desde un punto de vista tecnológico, científico y social se necesita solventar el problema de reparto de alimentos, no cultivar el arroz dorado que es sólo para hacer propaganda a favor de los transgénicos.

Son muchas las voces que defienden que es una tecnología extendida y eficiente.

Existe un mito conveniente: si ya están en todos los lados, y no hay remedio, ya no podemos hacer nada. Desde el punto de vista de resolución de los problemas agrícolas del mundo, los transgénicos han aportado cero. Los han empeorado. Si es una tecnología que no resuelve los verdaderos problemas y tiene riesgos…. ¿para qué se apoya? El que cada vez se coma más comida chatarra no quiere decir que sea buena.

¿Por qué hay cultivos modificados genéticamente y otros en los que esta tecnología no se aplica?

Por el negocio. Que está en la soja y el maíz. Existen transgénicos de arroz, pero los japoneses están cuidándolo muchísimo para que no se extienda porque es la base de su alimentación. También hay berenjena, tomate… pero el negocio está en la soja y el maíz.

¿Y el trigo?

Que no haya trigo transgénico es uno de los argumentos que demuestran que sí se sabe que hay consecuencias con estos cultivos. ¿Dónde se come trigo? En Estados Unidos, Europa y Canadá. ¿Dónde está la gente más rica? El trigo está muy cuidado. Sería facilísimo modificarlo pero la gente del Primer Mundo no está dispuesta a tener en su mesa trigo transgénico todos los días. Sí que en los laboratorios lo modifican en experimentos… pero como propaganda. Está protegidísimo. Y claro que hay problemas de plagas y demás con el trigo pero se resuelven de manera más inteligente que con transgénicos.

España se ha quedado sola en el mundo de los transgénicos en Europa. ¿Tiene explicación?

Las empresas tienen mucha influencia con los gobiernos pero las poblaciones de Alemania, Francia o Gran Bretaña tienen un rechazo público muy fuerte a los transgénicos…. ¿y dónde se mantiene el acuerdo de negocio sin motivo tecnológico o humanitario? En España.

20140518

El ajo: un tesoro para la salud


al ajo hay que añadirle las demás hortalizas de su familia; cebollas, puerros...


El ajo: un tesoro para la salud

El ajo tiene una larga tradición histórica por sus propiedades curativas. Es una de las plantas que está presente en los grandes sistemas sanadores del mundo, como la medicina naturista o la medicina tradicional china. A partir del siglo diecinueve han sido múltiples los estudios científicos sobre sus poderosas cualidades.

El principio activo del ajo en cuanto a su alto poder bactericida se debe a la alicina.



El ajo en la prevención del cáncer de estómago
Previene el cáncer de estómago e intestino, debido a su contenido en alilos, una esencia volátil que estimula la mucosa de dichos órganos

Según estadísticas contrastadas, se sabe que en lugares donde se consume con asiduidad esta planta, como en China o en países mediterráneos, la incidencia del cáncer digestivo es menor.



Beneficios del ajo en el sistema cardiocirculatorio
Promueve la fluidez de la sangre, con lo que previene la formación de trombos y coágulos.

Inhibe el crecimiento y desarrollo de bacterias causantes de la meningitis, el tifus o la disentería.

Previene la arterioesclerosis. Evita la formación de placas en arterias.

Es vasodilatador, disminuyendo el número de latidos.

Previene el infarto y colabora además en su curación.



Otras propiedades del ajo
Disminuye los niveles de grasas como el colesterol, los triglicéridos y el ácido úrico.

Reduce la glucosa en sangre y la tensión arterial.

Tiene propiedades depurativas en cuanto a sustancias tóxicas, siendo indicada su ingestión inmediata en caso de intoxicación debida al pescado o al marisco.

Ayuda en el tratamiento de la artrosis y el reumatismo.

Cicatriza heridas que tardean tiempo en curar.

Las últimas investigaciones apuntan a que incrementa el nivel de serotonina combatiendo el estrés y la depresión.

Aquí podrás encontrar más de 30 productos diferentes con extractos de ajo de alta concentración y desodorizados: Ajo | Plantas medicinales

20140517

La Autoridad de Seguridad Alimentaria de la UE quiere elevar los niveles de glifosato presentes en los alimentos

disfruten lo votado..


La Autoridad de Seguridad Alimentaria de la UE quiere elevar los niveles de glifosato presentes en los alimentos

El glifosato es el ingrediente activo de Roundup, fabricado por la multinacional Monsanto, el pesticida más vendido en todo el mundo y que mata a una amplia variedad de hierbas. Cada vez hay más pruebas científicas de que es perjudicial para la salud humana y el medio ambiente, e incluso puede causar la aparición de supermalas hierbas, resistentes a los herbicidas, un verdadero quebradero de cabeza para los agricultores.
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20140501

Ocho aditivos que debes evitar

Ocho aditivos que debes evitar

La industria alimentaria ha sufrido en los últimos años de dolorosas revelaciones. Los químicos que utilizan para mejorar el sabor, preservar el producto y darle mejor aspecto se ubican en la lista de causantes o coadyuvantes en la formación y empeoramiento de enfermedades.

Muchos han sido retirados del mercado; otros tantos permanecen ahí debido a intereses ajenos a la salud humana pero han generado fuertes controversias. Para la población en general, los argumentos en contra y a favor terminan siendo confusos, y limitamos nuestras decisiones a la conveniencia general o las posibilidades del mercado: ¿quién consume un producto tóxico salvo quien es adicto a él o quien no conoce otra alternativa?

Informados o no, la sugerencia de Annemarie Colbin, fundadora del Natural Gourmet Institute, parece clave: no comas nada que no esté o haya estado vivo. Tiene sentido. Prepárate para dejar los químicos de lado, pues no están hechos para pasar por tu boca. Y si el camino es largo, empieza por estos ocho, que son de los más peligrosos.

Aspartame

Pocos ingredientes de la industria alimentaria han sido tan controversiales como el aspartame. Se considera una neurotoxina y se le ha vinculado con arterosclerosis, lupus, migraña, espasmos, calambres, vértigo, depresión, visión borrosa y pérdida de memoria. La FDA lo defiende, aunque su popularidad se ha ido al suelo, especialmente desde que las hojas de stevia se volvieron el endulzante de moda.

Si sufres de alguno de los padecimientos antes mencionados y consumes aspartame, prueba dejarlo y ve si tus síntomas mejoran. Es posible que encuentres un artículo científico desvinculando al aspartame de tu enfermedad, pero nada le dará mejor validez que el hecho de que tú te sientas mejor después de dos semanas.

La página oficial de aspartame asegura que la FDA ha subrayado su seguridad 26 veces en los últimos 23 años. Eso no lo hace más seguro, pues ¿cuántas veces ha tenido que salir una administración a defender la miel, el maple, el betabel, la compota o algún otro endulzante natural?

El aspartame está potencialmente en todos los productos sin azúcar. La industria reconoce su presencia en más de 6 mil productos. Incluso los hay que anuncian que tienen Nutrasweet, Equal o algún otro endulzante hecho con aspartame, y también tienen azúcar, como se puede leer en las etiquetas. Evita en particular los refrescos de dieta, donde el aspartame es apenas uno de la lista de sus ingredientes dañinos.

BHA y BHT

La Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer, parte de la Organización Mundial de la Salud, considera al butilhidroxianisol y al butilhidroxitolueno, mejor conocidos como BHA y BHT, como posibles agentes cancerígenos.

Éstos se utilizan como preservantes que evitan la oxidación de las grasas en los alimentos procesados. Es común encontrarlo en mantequillas, cereales, arroz enriquecido, goma de mascar, papas deshidratadas, y alimentos con manteca.

También existe el riesgo de consumirlo en productos cosméticos.

El BHT podría interactuar con las hormonas contenidas en las pastillas anticonceptivas (ver métodos anticonceptivos naturales), con hormonas relacionadas con el estrés y con la producción de enzimas en el hígado.

Del BHA se sabe que causa cáncer en animales y desbalance hormonal. Se acumula en los depósitos grasos y está prohibido en Australia y Japón. ¡Incluso McDonald’s lo ha retirado de sus productos!

La mejor manera de evitar el consumo de estos productos es leyendo las etiquetas de lo que consumes. Debido a su presencia en cereales y grasas, estamos más expuestos a ingerirlos durante el desayuno (ve consejos para un buen desayuno).

Bromato de potasio

El bromato de potasio es un blanqueador y acondicionador de masa ampliamente utilizado en la industria del pan, está ubicado entre los agentes cancerígenos desde hace más de 20 años. En 1993, la Organización Mundial de la Salud recomendó prohibir su uso, con efectos en Reino Unido y Canadá.

Estados Unidos y Japón, en cambio, no han establecido medidas regulatorias contra su uso, y sigue presente en una serie de productos de consumo masivo, como Wonder, Sunbeam, TastyKake, y en los panes de Burger King, Arby’s y Wendy’s y Boston Market, según el Centro para la Ciencia de Interés Público

La FDA pide desde 1991 descontinuar “voluntariamente” su uso, pese a que ya desde 1982 se le considera un agente causante de tumores de riñón, tiroides y otros órganos. En algunos casos, asegura el CCIP, el abuso de esta sustancia supera hasta mil veces la cantidad nociva.

Existen varias alternativas para hornear pan sin usar bromuro de potasio. Por lo que su uso es completamente innecesario. Una opción segura es hacerlo tú mismo. Es fácil y puede ser muy nutritivo. Prueba esta receta de panqués integrales de zanahoria, ricos en fibra y vitaminas.

Colorantes artificiales

Los colorantes artificiales so particularmente peligrosos para los niños. Lamentablemente, son ellos los que más los consumen, pues abundan en dulces y comida chatarra.

Se les considera potenciadores de hiperactividad, cáncer y reacciones alérgicas (ve tratamientos antihistamínicos naturales. Son, en general, nocivos para el sistema inmune. Pueden ser responsables de padecimientos de asma, acné y erupciones en la piel.

Todos los colorantes han dado positivo en cáncer en pruebas de laboratorio con animales. Para entender la magnitud del problema, un ejemplo: la FDA prohíbe el uso del rojo #3 en cosméticos por cáncer de tiroides, pero lo permite en alimentos y medicamentos ingeridos. Anualmente, la industria consume más de 90 toneladas en Estados Unidos.

Los colorantes son una forma de engañar al consumidor; hacen que los alimentos parezcan naturales, más frescos y más sanos. O que parezcan cosas que no son, como frutas o verduras. Pero además son muy fáciles de sustituir por colorantes naturales que no son nocivos y hasta pueden aportar algunas vitaminas.

Glutamato monosódico

Es uno de los ingredientes más utilizados en la comida china. De hecho, se bautizó un posible padecimiento por consumo de glutamato monosódico (mareo, dolores de pecho y dolor de cabeza después de consumirlo) con su nombre: el síndrome del restaurante chino.

Se cree que el glutamato monosódico es una neurotoxina. También es potencialmente peligroso para quienes sufren de asma, pues empeora los síntomas, y se considera una posible conexión entre su abuso y el Síndrome de Atención Dispersa.

Como se le considera un potenciador de sabor, está presente en muchos alimentos: comida congelada, sopas, aderezos de ensalada, embutidos, enlatados (incluido atún) y comida chatarra.

En la comida de los aeropuertos, está virtualmente por todos lados. El exceso de sodio no hará tu viaje más placentero, así que procura mejorar tu experiencia de viaje con algunos consejos.

Nitritos

Es difícil encontrar en el mercado una carne procesada que no tenga nitrito de sodio incorporado. De él, sobre todo cuando se expone a altas temperaturas, posiblemente se deriva uno de los químicos que aceleran la formación de células cancerígenas en el cuerpo: la nitrosamina (uno de los químicos que hace al consumo de tabaco tan peligroso).

También hay estudios, aunque no concluyentes, que sugieren que existe un mayor riesgo de malformaciones y tumores cerebrales en niños cuyas madres consumieron alimentos con nitrito de sodio durante el embarazo.

Los nitritos no aportan ningún beneficio nutricional, sino estético. Se utilizan para que la comida procesada se vea mejor. Aunque se les vincula con cáncer de colon y de páncreas, y la USDA promovió su prohibición en los 70’s, se sigue utilizando, solo con controles de cantidad.

Olestra

Es un sustituto de grasa presente sobre todo en los productos bajos en grasa. Si creías que comer lo mismo pero bajo en grasa era el mejor remedio para el sobrepeso y la obesidad, este químico está ahí para demostrarte tu error.

Como el cuerpo no puede procesarlo, es causante de diarrea y dolor abdominal. Reduce la capacidad del cuerpo para absorber las vitaminas A, D, E y K, que son solubles en grasa, así como otros nutrientes, como licopeno, luteína y beta-caroteno.

Estudios han revelado que la cantidad de Olestra contenida en 6 papas fritas, consumida diariamente, puede agotar los carotenos y las vitaminas del cuerpo en solamente dos semanas. Esta condición conduce a ceguera, debilidad, osteoporosis e inhibe la capacidad del cuerpo para combatir células cancerígenas.

Contrario a lo que busca promover, el consumo de Olestra es particularmente peligroso para personas delgadas y bajas de peso. Los efectos que tiene en la absorción de nutrientes no puede ser complementado con un consumo adicional de vitaminas.

Con estas opciones, lo mejor para bajar de peso no es dejar de consumir grasas, sino escoger las mejores.

Sulfitos

Los sulfitos se encuentran sobre todo en frutas secas y vinos. No sólo empeoran dramáticamente los efectos de la resaca (compara el malestar del día siguiente entre vinos con y sin sulfitos: el nivel de acidez de un vino sin sulfitos es mucho menor), sino que pueden causar peligrosas reacciones alérgicas.

Por cierto que los beneficios del vino tinto no disminuyen en vinos sin sulfitos, y de hecho pueden obtenerse también en jugos de uva u otras frutas rojas, sin que sea necesario el alcohol.

Personas que padezcan asma deben evitar consumir productos con sulfitos, debido a que pueden sufrir problemas respiratorios y choques anafilácticos. Además de frutas y vinos, los sulfitos se agregan a carnes rojas (dando un color rojo y apariencia fresca), aves, en verduras para que no se vean oxidadas, para blanquear almidones y cerezas, y en camarones y langostas.

El consumo de sulfitos puede causar reacciones alérgicas como dolor de cabeza y calambres estomacales. El control de esta sustancia en los alimentos tiene el problema de que se lleva a cabo mediante una prueba llamada Monier-Williams, que tiene un amplio margen de error y que es muy costosa.

Por ello es común encontrar en el mercado productos que contienen sulfitos no declarados. Si eres asmático o alérgico a los sulfitos, tu mejor alternativa es consumir sólo la carne que sea orgánica, lo más cerca posible de la fuente, y evitar frutas secas y mariscos congelados.