20150228

«Ni en los chinos se ven cosas de tan poca calidad como en el HUCA»

miles de millones despilfarrados y no hay ni sillas en Urgencias.. se sospecha que es un asunto sobre-cogedor.. luego los borregos mucho quejarse pero siguen votando a los mismos..

¿cuántos políticos hay en la cárcel por éste tema? ¿cuántos "altos cargos" han perdido todo su patrimonio? ¿cuántos han sido destituidos? ah, claro.. que no hay responsables ni responsabilidades.. claro, claro..

disfruten lo votado..


«Ni en los chinos se ven cosas de tan poca calidad como en el HUCA»

20150216

El baile de gerentes en la sanidad pública catalana

no es normal tanto baile.. pero lo más curioso es que luego consiguen otra poltrona en algún otro sitio.. para la casta no hay crisis..

disfruten lo votado..


El baile de gerentes en la sanidad pública catalana

Médico en una manifestación a favor de la sanidad pública. | Antonio Moreno
Médico en una manifestación a  favor de la sanidad pública en Barcelona. Foto: Antonio Moreno
M. Eugenia Ibáñez
Periodista

¿Es fiable la gestión de una empresa que en ocho años cambia cinco veces de gerente? ¿Y si la empresa en cuestión tiene 36.000 trabajadores? ¿Y si, además, se trata de una empresa pública cuyo objetivo es velar por la salud de varios millones de ciudadanos? La conclusión inmediata es pensar que las condiciones laborales de esos trabajadores y la protección sanitaria de los ciudadanos corren un grave peligro de inestabilidad, o algo peor. La empresa en cuestión es el Institut Català de la Salut (ICS) que entre enero del 2006 y enero del 2014 ha tenido cinco máximos responsables de su gestión.

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Y ya metidos en la harina gerencial de la sanidad catalana, valga el ejemplo del Hospital del Vall d’Hebron, todo un récord en el cambio de máximos responsables: cuatro gerentes en cinco años. Este centro, con 6.500 trabajadores, es hospital de referencia en ortopedia infatil, tumores orbitarios, trasplantes –hepáticos, renales y pulmonares–, quemados críticos y lesiones medulares entre otras patologías. Un trabajo sensible que exige estabilidad.

¿Por qué tantos cambios? Las versiones oficiales de defenestrado y defenestrador suelen ser asépticas: motivos de salud, lentitud en los cambios que le fueron encargados o necesidad de actualizar las estructuras organizativas. Las opiniones del personal sanitario y sindicatos son muy diferentes: elección del nuevo gerente en función de sus colores políticos, necesidad de agilizar la privatización de actividades sanitarias, exigencias de docilidad ante las órdenes de la Conselleria de Sanitat y mano dura ante los recortes presupuestarios aplicados en los últimos años. Salvo excepciones, los nueve gerentes que han pasado por el ICS y el Vall d’Hebron no han quedado abandonados a su suerte, no han ido al paro; unos han pasado a la sanidad privada, otros han sustituido la gerencia perdida por otros cargos de responsabilidad, y algunos, los menos, han regresado al ejercicio de la medicina pública. PSC y CIU se han repartido, casi por un igual, los cambios en la gerencia del ICS durante sus respetivos mandatos al frente de la Generalitat, y también han practicado, sin apenas variantes, la práctica de la puerta giratoria: el cesado siempre ha tenido una manera suave para encontrar otra salida laboral.

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Raimon Belenes
Raimon Belenes, nombrado por Marina Geli en enero del 2004 y cesado en diciembre del 2006 por la misma consellera socialista de Sanitat, es probablemente el paradigma de la ambivalencia entre la medicina pública y la privada de los cargos gerenciales del ICS. Su currículo es amplio y variado y ha tocado todos los palos empresariales, con la particularidad de que, en algunas ocasiones, ha simultaneado responsabilidades en la medicina pública y la privada. Trabajó para el Servicio Andaluz de Salud, para una empresa de fabricación textil, Adeslas (seguros de asistencia sanitaria) y ha ejercido diversos cargos en instituciones y empresas. Apenas dos años después de su cese como gerente del ICS fue nombrado consejero delegado y director general del Hospital Clínic, cargos que compaginó con su vinculación al patronato de la mutua privada de L’Aliança. En el 2011 fue nombrado director general de innovación del grupo Carpio, propietario del hospital del Sagrat Cor, hospital al que en el último año se han derivado pacientes que, hasta entonces, habían recibido asistencia en el Clínic. Vasos comunicantes entre lo privado y lo público.

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Francesc José María
Para sustituir a Belenes, Geli eligió a Francesc José Maria por su perfil de gestor duro y lo cesó 21 meses después porque lo que la consellera había considerado una virtud se había transformado en un grave problema, con los centros del ICS convertidos en un polvorín y el personal sanitario al borde de la huelga. José María, antiguo militante del Partido del Trabajo de España (PTE), abogado de organizaciones patronales del sector sanitario, había gestionado la jubilación obligatoria de los médicos de edad comprendida entre los 65 y los 70 años. La decisión llegó al Tribunal superior de Justicia de Catalunya que consideró que la jubilación era en realidad un despido y fijó una indemnización de cien millones de euros, importe que el ICS, ya en precaria situación económica, no podía asumir. José Maria, con estrecha vinculación al privado consorcio Hospitalario de Catalunya, fue acusado también de tomar decisiones que suponían la privatización de actividades médicas. A ese brillante currículo hay que añadir el elevado número de expedientes  abiertos y su mala relación con la consellera.


El nombramiento de hematólogo Enrique Argelagués, antiguo director del servicio de Donación y Transfusión, sin relaciones con el sector privado, fue recibido como un bálsamo necesario para el dolorido ICS. El personal del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti) de Badalona, donde ejerció como gerente, le definió como hombre de diálogo y de trato afable. Dirigió el ICS durante 30 meses, entre octubre del 2008 y junio del 2011. Fue nombrado por la socialista Marina Geli y presentó su dimisión ante el convergente Boi Ruiz alegando motivos de salud, una supuesta enfermedad que alcanzó el mayor nivel febril cuando este conseller presentó los presupuestos de Sanidad que suponían la reducción del 13% para el ICS. La dolencia de Argelagués fue un agudo ataque de dignidad.

Joaquim Casanovas fue el sustituto elegido por Ruiz. Aplicó rebajas salariales, troceó en pequeñas empresas privadas ciertas actividades sanitarias, aceptó nuevos recortes presupuestarios, cerró camas hospitalarias, y potenció los contrarios precarios. Con todo, el conseller le cesó 14 meses después de haberlo nombrado con el argumento de que no imprimía la velocidad adecuada a los cambios necesarios. Casanovas no quedó abandonado a su suerte. Fue nombrado gerente de la Región Sanitaria de Barcelona del Servei Catalá de la Salit (CatSalut).

Casanovas fue sustituido por Pere Soley, cirujano, muy próximo a CDC, exgerente de L’Aliança y del hospital de Bellvitge. El nuevo gerente consideró que el cierre de plantas hospitalarias y otros centros sanitarios aplicados durante el verano no implicaba el progresivo desmantelamiento de la sanidad pública sino que era, simplemente, “un cambio en la actividad sanitaria estival”.

Por lo que respecta al Hospital de Vall d’Hebron, la secuencia en los cambios gerenciales ha seguido la siguiente secuencia:

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José Luis Sancho
– José Luis Sancho. Nombrado por la consellera Marina Geli en el 2004; cesado por Boi Ruiz en el 2011.


– Jaume Raventós. Permaneció tan solo ocho meses en el cargo, suficientes para decidir el cierre de algunos quirófanos y tomar otras medidas que aún afectan la marcha del hospital. Presentó la dimisión en marzo del 2012 y optó por un cargo en Telefónica.

– José Jerónimo Navas. Anatomopatólogo. Fue director general de Instituto Carlos III, trabajo en Can Ruti y ha ejercido diversos cargos en la sanidad catalana. Cesó en el cargo en enero del 2015 para dirigir un proyecto de innovación en el ICS.

– Vicenç Martínez Ibáñez. Cirujano. Fue gerente de los hospitales Josep Trueta de Girona (ICS) y del Santa Caterina de Salt (Institut d’Assistència Sanitaria) e impulsor de su unificación, proyecto criticado por los sindicatos.

Dos cifras a modo de ejemplo de lo que ha implicado el continuo baile de gerentes:
  •  El ICS ha perdido casi 5.700 trabajadores en los últimos cuatro años, lo que supone una reducción del 13%.
  • En el mismo periodo, la plantilla del Hospital del Vall d’Hebron ha pasado de 7.000 a 6.500 trabajadores.