20061113

Oxfam Internacional denuncia que farmacéuticas y países ricos impiden el acceso a medicamentos

Farmacéuticas y países ricos impiden el acceso a medicamentos que podrían salvar millones de vidas, según denunció hoy la ONG Oxfam Internacional --Intermón Oxfam en España--, que recuerda que "cinco años después de su aprobación, la Declaración de Doha que permite a países en desarrollo acceder a genéricos para garantizar su salud pública, sigue sin poder aplicarse".

Hoy día 14 se cumple el quinto aniversario de la firma por parte de los líderes mundiales de la Declaración de Doha, que anteponía la salud de las personas a los beneficios económicos, pero hoy, a las personas más pobres de los países en desarrollo "todavía se les niega el acceso a medicamentos baratos que pueden salvar sus vidas", denuncia Oxfam.

El documento 'Patentes contra pacientes: Cinco años después de la Declaración de Doha', hecho público hoy por la ONG afirma que los países ricos hacen "muy poco, o nada", para cumplir sus obligaciones. En algunos casos, incluso, "debilitan de forma consciente el alcance de este acuerdo".

En la declaración se afirma que los países en desarrollo "pueden anteponer las garantías de salud pública a las reglas de propiedad intelectual de la Organización Mundial del Comercio --conocidas como ADPIC-- con el fin de asegurar el acceso a medicamentos genéricos más baratos". Estos medicamentos representan la forma "más eficaz" para mantener unos precios asequibles, asegura el Informe.

"Los países ricos han traicionado el espíritu de la Declaración de Doha" --explica la directora general de Intermón-Oxfam, Ariane Arpa--. "La declaración contempla las medidas adecuadas, pero exige voluntad política para ponerlas en marcha, y los países ricos no la tienen", afirma. "Vamos hacia atrás, y hay gente que sufre y muere innecesariamente", sentencia.

EMPEORAMIENTO DE LA SITUACION

Desde 2001 la situación ha empeorado para las personas enfermas en los países en desarrollo, recuerda la ONG. Más de cuatro millones de personas se contagiaron de sida en 2005.

El cáncer, considerado como un "problema de ricos", está aumentando en la población de los países en desarrollo a un ritmo que hace prever que se duplique el número de enfermos en el año 2020, un 60% de los cuales vivirán en países en desarrollo.

Asimismo, el número de enfermos de diabetes ha crecido de 30 a 230 millones de personas en los últimos 20 años, la mayor parte de los cuáles vive en los países pobres.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el 74% de los medicamenntos para combatir el sida están controladas por monopolios, que el 77% de los africanos no tienen acceso a un tratamiento y que el 30% de la población mundial sigue sin recibir medicamentos de forma regular.

"Hay muchas razones que explican esta situación, pero la más importante es que los países ricos, especialmente Estados Unidos, acosan a los países en desarrollo para que acepten reglas más estrictas sobre propiedad intelectual, que permitan a las empresas farmacéuticas preservar sus monopolios", sostiene Oxfam. "Esto reduce la competencia de los medicamentos genéricos y mantiene los precios muy altos", agrega.

"Las estadísticas mundiales de salud son desoladoras, y aún así Estados Unidos continúa negociando acuerdos comerciales con reglas cada vez más duras que limitan a los países el uso de las garantías sanitarias", afirma en este sentido el responsable de investigación de Intermón Oxfam, Gonzalo Fanjul.

Otros países ricos --añade--, especialmente los de la Unión Europea, "se han mostrado pasivos ante la estrategia de Estados Unidos". Las compañías farmacéuticas han ido incluso "más allá", desafiando directamente a países como India y Filipinas que han tratado de utilizar las garantías sanitarias que contempla la regulación de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

RESPONSABILIDAD DE LAS FARMACÉUTICAS

En el documento Oxfam se refiere a la responsabilidad de algunas farmacéuticas, como es el caso de Novartis. En 2005, varias asociaciones de enfermos de cáncer en India utilizaron las leyes nacionales de propiedad intelectual para frenar el intento de esta compañía suiza de patentar su anticancerígeno 'Glivec'. Está acción permitió a las empresas indias seguir produciendo un medicamento genérico que cuesta 2.700 dólares por paciente y año (unos 2.100 euros), frente a la versión de Novartis que ronda los 27.000 dólares (21.000 euros) por paciente y año.

Sin embargo, Novartis ha apelado recientemente la decisión de los tribunales, "desafiando el derecho de India a interpretar los acuerdos ADPIC para proteger su salud pública", dice Oxfam. Si Novartis triunfa en su empeño, "podría poner en peligro la industria de genéricos de aquel país", ya que India es el mayor exportador de medicamentos genéricos del mundo, un 67% de los cuales se venden a países en desarrollo.

"Novartis ha asegurado a Oxfam Internacional que no existe mercado para 'Glivec' en India y que si ha desafiado a las autoridades es para que el país alinee sus leyes de propiedad intelectual con los ADPIC", explica Fanjul. Sin embargo, él cree que "India sólo quiere usar una flexibilidad reconocida por el ADPIC y Novartis trata de impedir el ejercicio de ese derecho".

De la misma forma, en Filipinas, el gobierno ha aprobado una versión genérica de 'Novarsc', un medicamento para el corazón que en estos momentos está patentado por la compañía estadounidense Pfizer. Las autoridades quieren asegurar una versión barata de 'Novarsc', que cueste un 90% menos, y que esté en el mercado en cuanto termine la patente, que expira en junio de 2007.

Oxfam Internacional considera que esta acción del Gobierno "es congruente con las reglas ADPIC y con las leyes de propiedad intelectual filipinas". Sin embargo, Pfizer "ha demandado al Gobierno de este país". "Si gana, limitará la capacidad gubernamental de acceder a medicinas más baratas y de aplicar las garantías ADPIC", alerta la ONG.

Para que la Declaración de Doha funcione, Oxfam pide, entre otras cosas, que la OMC revise el impacto del ADPIC para asegurar que todos los países pueden proteger sus sistemas públicos de salud, que Estados Unidos deje de presionar a los países pobres para que adopten criterios más estrictos sobre propiedad intelectual, especialmente en las negociaciones de acuerdos de libre comercio, y que la UE no busque medidas ADPIC-plus dentro de los Acuerdos de Asociación Económica y que dé espacio político a los países para aplicar las flexibilidades reconocidas por el ADPIC.

Asimismo reclaman que los países ricos den apoyo político y técnico a los países en desarrollo para usar las garantías ADPIC y asegurar el acceso a medicamentos baratos, que los países en desarrollo implanten las garantías sanitarias, y que se ponga fin a las demandas presentadas por Novartis y Pfizer contra los países en desarrollo.

"Los países ricos deben cumplir sus compromisos y dejar de socavar la Declaración de Doha con acciones que únicamente les benefician a ellos", puntualiza Fanjul. "Ahora, más que nunca, necesitamos un sistema comercial global que anteponga la salud a los beneficios económicos y que asegure medicamentos baratos para todos", concluye.

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