El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, utilizó el miércoles el primer veto de su presidencia para detener una ley que ampliaría la investigación sobre células madre embrionarias financiada con fondos federales.
"Cruza un límite moral que nuestra sociedad decente necesita respetar, por lo que lo he vetado", aseguró Bush, aunque esta decisión le enfrenta a varios científicos importantes, a la mayoría de los estadounidenses y a algunos integrantes del Partido Republicano.
El martes, el Senado aprobó el proyecto de ley, que también ha sido respaldado por la Cámara de Representantes y a donde volverá ahora, aunque ninguna de las cámaras parece tener la mayoría de dos tercios necesaria para anular el veto.
Bush no había utilizado nunca su veto y es el primer presidente que completó cuatro años de mandato sin ejercer ese derecho desde John Quincy Adams en la década de 1820.
El debate sobre las células madre ha surgido como uno de
los temas candentes en las elecciones al Congreso de este noviembre y podría ser un factor importante en la carrera presidencial de 2008.
El veto cumple con una promesa de Bush a sus partidarios más conservadores en aspectos sociales, a los que necesitará en noviembre para mantener el control del Senado y la Cámara de Representantes, pero también divide al partido, que se enfrenta a los bajos porcentajes de aprobación y las agrias divisiones sobre otros aspectos como la inmigración.
Los demócratas criticaron duramente el veto y prometieron mantener la presión sobre el asunto.
"Siempre y cuando las restricciones se basen en un estrecho bloqueo del progreso ideológico a las nuevas curas, este asunto nunca se cerrará, señor presidente, puede vetarlo, pero no puede vetar la esperanza", declaró el senador demócrata Edward Kennedy.
Incluso los republicanos conservadores, que se oponen al aborto, están divididos. Bush ve la investigación como una destrucción de vidas humanas, pero otros dicen que la destrucción de los embriones está fijada de antemano.
En 2001 permitió a los científicos utilizar las 78 líneas de células madre que había entonces, pero la mayoría demostraron ser inadecuadas.
"Sentí que cruzar esta línea sería un error, y que una vez traspasada sería casi imposible volver atrás", señaló el presidente, que pide buscar técnicas de células madre "en un modo ético y moralmente responsable".
¿SALVAR VIDAS O ACABAR CON ELLAS?
Varias encuestas han mostrado que una clara mayoría de los estadounidenses hacia la investigación, que permitiría investigación financiada con fondos federales utilizando embriones sobrantes de clínicas de fertilidad, que de otra forma serían desechados.
Sus defensores dicen que deberían utilizarse para buscar curas para enfermedades que van desde la diabetes a la parálisis.
Grupos opuestos al derecho al aborto han elogiado la posición de Bush, pero algunos importantes investigadores y grupos defensores del paciente, como la Fundación Christopher Reeve y la Fundación Michael J. Fox para la Investigación del Parkinson, le han instado a reconsiderar su opinión.
Bush anunció su veto en una audiencia en la Casa Blanca que incluía algunas familias de niños nacidos con embriones adoptados por aquellos que se oponen a la investigación con células madre.
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