20120621

La justicia va bien

Condenan por revelación de secretos al cirujano plástico que denunció a Corporación Dermoestética por estafa. Las Provincias

La sección primera de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre, cirujano plástico, a cumplir un año y tres meses de prisión por un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos. Este mismo facultativo fue el que denunció en 2006 a Corporación Dermoestética, entidad en la que estuvo trabajando como colaborador, por un presunto delito de estafa. Estas últimas diligencias fueron sobreseídas.

Además de la pena de cárcel, el tribunal valenciano condena al cirujano --para quien el ministerio fiscal pedía un año de prisión y la acusación particular (Corporación Dermoestética) 12 años y medio-- a pagar una indemnización de 3.000 euros a las pacientes que resultaron afectadas por la revelación de sus informes.

El procesado trabajó para Corporación Dermoestética, en calidad de colaborador, desde marzo de 2005. En el contrato firmado, el médico se comprometió a no revelar ninguna información confidencial referente a los clientes, operaciones, instalaciones, cuentas o finanzas de la compañía, y a actuar con la mayor diligencia para evitar la publicación o revelación de cualquier información confidencial referente a estas materias.

No obstante, poco después de su contratación, el médico se percató de que alguna paciente tenía implantadas prótesis mamarias de una marca distinta a la que figuraban en la documentación de la empresa, así que decidió recabar las historias clínicas y de clientes, tanto intervenidas quirúrgicamente por él como por otros cirujanos, de forma que se hizo con una copia de, al menos, 296 documentos --documentación mercantil de las prótesis e historias clínicas relativas a intervenciones quirúrgicas de pacientes e historiales de clientes.

Ante la falta de acuerdo entre el médico y los responsables de Corporación Dermoestética sobre la subsanación de las presuntas irregularidades, el facultativo cesó su relación laboral en septiembre de 2006.

Tiempo después, presentó un dossier con la documentación en la Fiscalía del TSJCV junto a una denuncia en la que se imputaba a la mercantil la comisión de delitos de estafa, contra la salud pública y relativos a los consumidores. Este dossier también lo remitió a las Fiscalías de Castellón y Albacete, y a la Conselleria de Sanitat. A raíz de la denuncia en la Fiscalía del tribunal valenciano , se incoaron diligencias de investigación, que posteriormente fueron sobreseídas.

''Clara'' intención de descubrir

El tribunal estima que es "indudable" que el cirujano actuó con la "clara" intención de descubrir el tipo de implantes que llevaban algunas pacientes para cotejar la información con la documentación administrativa de Corporación Dermoestética, comprobando si su marca correspondía a la que ésta facturó.

"Pero esto se llevó a cabo sin discriminar pacientes" --agrega--, porque del dossier presentado con su denuncia se deduce que también examinó y descubrió intervenciones estéticas y quirúrgicas de pacientes a las que no se les había implantado prótesis mamarias. Al respecto, el tribunal considera que "descubrir qué tipo de prótesis mamaria se ha implantado a una paciente que no está sometida a tratamiento o a examen de un médico concreto afecta claramente a la intimidad de ésta".

Asimismo, el tribunal señala que "tampoco" hay justificación en la conducta del médico cuando éste alegó que pensaba que podría existir un riesgo para la salud de las pacientes relacionadas en su dossier, porque ese riesgo "no obedecía a estudio previo alguno".

Así, agrega que las prótesis de las diferentes marcas utilizadas estaban homologadas a nivel internacional, y que el procesado se basó precisamente en la diferencia en la marca y precio de la prótesis implantada con respecto a la facturada, alegando que la contratada era de mayor calidad y con garantía vitalicia, cuando esta garantía "se refería al material y forma de fabricación de la prótesis y no a la exclusión de rechazo o problemas médicos en las pacientes".

Por todo, condena al hombre a cumplir un año y tres meses de prisión por un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos, y a que indemnice con 3.000 euros a cada una de las pacientes afectadas.

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