20140401

¡No tires de la cadena! Nueve usos insospechados de la orina

¡No tires de la cadena! Nueve usos insospechados de la orina

Somos todos unos insensatos. Así de claro. ¿A quién se le ocurre orinar y tirar de la cadena? ¿Vosotros sabéis lo que estáis haciendo? Para que lo entiendas, es como encenderte los puros con billetes de cien euros. Cada vez que accionas la cisterna, cuando dejas tu micción en mitad de la calle en una noche de borrachera o cuando aprovechas el momento de la ducha para evacuar, estás dejando escapar mucho más que tus desechos. Seamos francos, la orina es útil para un sorprendente número de cosas, lo que convierte tu pis en verdadero oro líquido. Aunque esto es solo la puntita de lo que podrías hacer con el fluido, toma nota a continuación de las diez utilidades más sorprendentes, y en ciertos casos enriquecedoras.


Vivir las Fallas

Ahora que se acerca la internacionalmente conocida fiesta valenciana, ¿qué mejor que celebrarla con pólvora de fabricación casera? Para que el estallido de un petardo lleve una parte de ti, no hay nada como utilizar tu propia orina como ingrediente secreto. El nitrato de potasio no se produjo en masa hasta el siglo XX y, hasta entonces, la orina se utilizaba por su nitrógeno como componente del explosivo que alegrará el corazón de los valencianos dentro de no muchos días.

Cargar el móvil

En 2013, unos científicos británicos descubrieron una energía renovable que habita entre nosotros: ¡la orina! Con ella recargaron un móvil. Nada que no consiguieran un año antes cuatro estudiantes africanas, que lograron generar electricidad a partir de este residuo humano.

Cuidar tu higiene bucal

Fuera escrúpulos. Cuando Obélix pronunciaba aquello de “¡están locos estos romanos!”, el galo gordinflón sabía lo que se decía. Es lo menos que se puede opinar sobre unos tarados que usaban la orina para blanquearse los dientes, gracias al amoniaco que contienen nuestras útiles micciones. Claro que lo de los romanos se queda en una anécdota tras conocer este estudio realizado en China, que analiza la posibilidad de regenerar los dientes a partir de células de pis.

Lavar y teñir ropa

Coge el cesto de la ropa sucia. Llénalo de orina. Pon a un tipo encima pisando el textil como si estuviera exprimiendo uvas. Hala, ya sabes cómo lavaban y blanqueaban la ropa los romanos. Ahora sí, podemos confirmar que estaban locos. Pero iban más allá los muy hijos del César. Además, usaban los desechos líquidos para fijar los tintes a las telas. Vamos, que con un par de micciones te lavabas la ropa y le dabas color. Sin palabras. Y sin escrúpulos, desde luego…

Levantar el país

Con tanta utilidad (y las que quedan), ¿por qué no crear un impuesto con el que gravar las actividades derivadas de la orina? Cómo no, esto ya se le ocurrió a los romanos. El emperador Vespasiano llegó a afirmar que “el dinero no huele” (“Pecunia non olet”) después de gravar con un impuesto la utilización de la orina vertida en los urinarios públicos de Roma.

El clásico: hidratarse

La historia del hombre perdido en mitad de la naturaleza más salvaje, sin agua que llevarse a la boca, que termina bebiéndose su propia orina para no morir deshidratado, es de sobra conocida por todos gracias a Bear Grylls. Por suerte, la ciencia va dando pasos para evitar morir de asco en casos como estos. La NASA trabaja en una bolsa que es capaz de convertir “agua sucia” en agua potable gracias a una membrana semipermeable y una solución concentrada de azúcar. ¡Que aproveche!

Olvidar el Actimel de todas las mañanas

La orina es un 95% agua y, además, lleva nutrientes que no le vienen mal a nuestro cuerpo y toxinas, pero no en cantidades suficientes como para hacernos daño. De hecho, ciertas toxinas pueden fortalecer nuestro sistema inmunológico. Es tan beneficioso beber tu propia micción que existe una “terapia de la orina”.

Concentración, por favor

Ha llegado la hora de olvidar que existe la tila. Además de servir para fortalecer nuestro sistema inmunológico, beber de nuestra propia orina antes de que salga el sol sirve para mejorar la capacidad de concentración y meditación. Al menos, eso dicen viejos textos hindúes relacionados con el yoga sobre la antigua práctica de echarse un trago de pis para empezar el día con energía.

Seguir dando caña con tu metralleta

¿Quién no ha necesitado refrigerar su metralleta en alguna ocasión? Bueno, vale, a ti no te ha pasado, pero a los soldados que lucharon en la ahora centenaria I Guerra Mundial les pasaba día sí, día también. Las primeras ametralladoras utilizadas en el conflicto tenían que ser refrigeradas con agua para que siguieran funcionando. ¿Y a qué no te imaginas qué usaban cuando el agua escaseaba?

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