20140430

9 alimentos más contaminados










9 alimentos más contaminados

Si ha habido un gran perdedor en la modernidad es la industria alimentaria. Diseñada para satisfacer las necesidades del mercado y el capital, la producción de alimentos ha perdido su calidad y potencial en las últimas décadas en favor del rendimiento y la economía.

En consecuencia, la industria agrícola es de las peores pagadas, los alimentos tienen cada vez menos valor nutricional y cada día contienen más y más tóxicos. Conoce algunos de los alimentos que más se han degradado por la presencia de metales pesados y otros contaminantes:

1. Cereales

Los cereales deben ser integrales y parte de nuestra dieta diaria. Si el 30 por ciento de nuestra alimentación consiste en cereales integrales, obtendremos de ellos vitaminas, minerales, proteínas, fibra y energía. Su bajo índice glucémico los convierte en fuente de energía a largo plazo.

El trigo es uno de los cereales más limpios, pero muchos de los aditivos que se utilizan al preparar harinas contienen aluminio. Este metal no es tan tóxico como otros, pero su presencia en nuestra alimentación es mucho más alta. Se le vincula con problemas mentales como Alzheimer y varios tipos de cáncer.

Estudios han señalado que el arroz, uno de los cereales más nobles para el organismo por su nivel de alcalinidad, está contaminado con arsénico, considerado uno de los más peligrosos venenos para el cuerpo. Está ligado a cáncer de vejiga y a aumento de riesgo de problemas cardiacos, diabetes y deficiencias del sistema inmune.

El maíz es uno de los alimentos que, después de los mariscos, más contiene mercurio. Se han encontrado niveles importantes de mercurio en el jarabe de maíz de alta fructosa, un sustituto económico y nada nutritivo del azúcar en los alimentos procesados.

Todos los cereales están expuestos a contaminación por cadmio, que proviene de las zonas industriales. Uno de los casos más conocidos fue una sobreexposición al cadmio de cultivos de arroz en Japón a principios del siglo XX, que causó debilidad ósea y problemas renales a miles de personas.

2. Leche

Una de las formas en que los animales se protegen de los metales pesados es encapsularlos en los depósitos grasos, donde pueden pasar toda la vida sin afectarnos. Muchas personas, cuando bajan de peso o inician una dieta de desintoxicación sienten debilidad, dolor de cabeza y se vuelven fácilmente irritables. Esto se debe a que, al disolverse las grasas, las toxinas regresaron al torrente sanguíneo.

Cuando seres humanos y otros mamíferos producen leche, su rico contenido en grasas también implica la transmisión de estas toxinas. Es por ello que la leche de vaca suele transmitirnos antibióticos, hormonas, pesticidas y muchas otras toxinas que la vaca acumuló a lo largo de su vida (conoce los efectos de los lácteos en la salud).

Los metales pesados no son una excepción. La leche de vaca se usa como parámetro para conocer los niveles de contaminación por plomo y de radiación, debido a que refleja la radiación circundante.

3. Jugos de fruta

Una prueba de la Environmental Law Foundation detectó niveles elevados de plomo en 125 de 146 productos diseñados para niños presentes en los mercados de Estados Unidos, incluyendo productos orgánicos.

Igualmente, una publicación de Consumer Report encontró arsénico al estudiar 88 jugos y también en la población que indicaba consumirlos.

Los principales afectados eran jugos de uvas y manzanas. El plomo llega a ellos debido a la contaminación de las tierras de cultivo, donde este metal puede permanecer durante años.

El plomo ataca la médula ósea, los riñones y el sistema nervioso. El arsénico causa cáncer y deficiencias en el sistema inmunológico.

Manzanas y uvas también están en la lista de las 12 frutas y verduras que más absorben los pesticidas. En cuanto a frutas, la lista la completan fresas, arándanos, nectarinas y cerezas.

4. Vino

El vino se ha reconocido siempre por sus beneficios al sistema circulatorio. La uva, desafortunadamente, tiende a estar contaminada con plomo y arsénico, y éstos no se eliminan durante la producción.

La mayoría de los estudios de contaminación por plomo en las zonas vinícolas se han llevado a cabo en Francia, debido a que en este país se han encontrado niveles importantes de plomo en el agua potable.

Otro contaminante presente en el vino son los sulfitos, que causan reacciones alérgicas, desde dolor de cabeza hasta choques anafilácticos. Los sulfitos son adictivos tóxicos presentes en el vino y en las frutas secas, en carnes y en mariscos. Desafortunadamente, no existen métodos confiables de regulación sobre su uso.

5. Mariscos

Los mariscos son reconocidos como la principal fuente de intoxicación por mercurio. Este metal se encuentra en el agua por fuentes naturales y también por la contaminación industrial. Los niveles de toxicidad han vuelto a muchas especies insalubres, y virtualmente todos los océanos están ya contaminados.

Existen distintas listas y estudios constantes sobre la contaminación de los mariscos y lo más recomendable es que recurras a una realizada en tu localidad. Las mediciones varían según el método y el lugar de captura, pero hay una regla general: mientras más longevo y más grande sea, más mercurio tendrá.

Restringe tu consumo de peces como tiburón, marlín, pez espada, jurel y atún. Prefiere peces pequeños y jóvenes. A pesar del mercurio, los pescados silvestres son una mejor opción que los cultivados en granjas, ricos en hormonas y pobremente nutridos.

La medusa es conocida como el animal con más contaminación por aluminio. Es la excepción a una triste regla: el resto del aluminio que ingerimos está intencionalmente en los alimentos, antiácidos, aspirinas, desodorantes y colorantes artificiales (lee sobre cómo remediar naturalmente los dolores de cabeza y cómo elaborar desodorantes caseros sin aluminio ni otros tóxicos),

6. Carnes

El consumo de carne tiene muchas desventajas en la dieta humana. La carne cultivada con métodos modernos es incluso peor, y la contaminación por metales pesados es una de las causas.

El plomo es uno de los metales más vigilados en la carne. Está presente en la leche y sus derivados y en las zonas de mayor concentración de grasa. Los animales de granja absorben también los contaminantes presentes en el alimento que consumen, por lo que están expuestos a contaminación de cadmio, aluminio y mercurio.

7. Agua potable

El agua de grifo está muy contaminada por plomo en muchos países. Principalmente en Europa y Estados Unidos. El plomo también llega a los mantos acuíferos a través de la basura, tanto la producida en casa como en los tiraderos industriales.

El arsénico es otro veneno presente con regularidad en el agua y estrictamente vigilado por distintos gobiernos. Tristemente, se miden niveles “aceptables” de arsénico en el agua, por lo que, incluso cuando el agua es declarada segura, puede contener este contaminante.

La radioactividad es otra amenaza que se transmite por agua potable. Lo más amenazante de la radioactividad en el agua es su desplazamiento, contrario a lo que ocurre en la tierra, donde la radiación es relativamente contenida por la arcilla, en el agua sigue viajando indefinidamente, causando mutaciones, cánceres y daños genéticos en plantas y animales. Se calcula que derrames radioactivos como los de Chernobyl o Fukushima tendrán efectos en la salud durante 300 años.

También el aluminio en el agua es una amenaza real, que sin embargo es vigilada en muy pocos lugares. Sólo Canadá y Australia tienen reglamentaciones estrictas sobre los niveles de aluminio en el agua, y se estima que en países de Europa y en distintos sectores de Estados Unidos, los niveles de aluminio en el agua superan hasta en 6 mil por ciento las dosis consideradas seguras.

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