Cirujano cardiovascular admite que se equivocaba acerca de la dieta baja en grasas y los problemas de corazón ~ Estilo Paleo
Este artículo es una traducción del publicado por el Dr.Dwight Lundell
en la página preventdisease.com y he decidido traducirla por la
importancia del mensaje y la cualificación y la experiencia de su
emisor.
El Dr. Dwight Lundell es el antiguo Jefe de Staff y Jefe de Cirugía en
el Banner Heart Hospital, en Mesa, Arizona .Su clínica privada, el
Cardiac Care Center también estaba en Mesa, Arizona. Recientemente el
Dr. Lundell dejó la cirugía para centrarse en el tratamiento nutricional
de las enfermedades del corazón. Es el fundador de Healthy Humans
Foundation que promueve la salud humana centrándose en grandes
corporaciones. Es también el fundador de “La cura para las enfermedades
coronarias y la gran mentira del colesterol”
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“Nosotros los médicos con toda nuestra experiencia, conocimientos y
autoridad solemos tener un ego bastante grande por lo que nos resulta
difícil admitir que nos equivocamos. Así que aquí está. Admito
libremente que estaba equivocado. Como cirujano cardiovascular con 25
años de experiencia, habiendo realizado alrededor de 5.000 operaciones a
corazón abierto, hoy es mi día para corregir el error con hechos
médicos y científicos.
¡No funciona!
Nuestras recomendaciones no son ya científicamente ni moralmente
defendibles. El descubrimiento hace unos años de que la inflamación de
las paredes arteriales es la causa real de las enfermedades del corazón
está lentamente llevando a un cambio de paradigma en cómo las
enfermedades del corazón y otras enfermedades crónicas serán tratadas.
Las antiguas recomendaciones dietéticas han creado epidemias de obesidad
y diabetes, cuyas consecuencias dejan en ridículo cualquier plaga
histórica en términos de mortalidad, sufrimiento humano y consecuencias
económicas espantosas.
A pesar del hecho de que el 25% de la población toma medicamentos con
estatina y a pesar de que hemos reducido el contenido graso de nuestras
dietas, más americanos morirán este año de enfermedad coronaria que
nunca antes.
Estadísticas de la American Heart Association muestran que 75 millones
de americanos sufren actualmente enfermedades del corazón, 20 millones
tienen diabetes y 57 millones tienen pre-diabetes. Estos desórdenes
afectan a personas cada vez más jóvenes en números mayores cada año.
Dicho de forma simple, sin que la inflamación esté presente en el
cuerpo, no hay manera de que el colesterol se acumule en las paredes de
los vasos sanguíneos y causen problemas en el corazón e infartos. Sin la
inflamación, el colesterol se movería libremente a través del cuerpo
como es natural. Es la inflamación la que causa que el colesterol quede
atrapado.
La inflamación no es complicada- es simplemente la defensa natural de tu
cuerpo a un invasor extraño como las bacterias, toxinas o virus. El
ciclo de la inflamación es perfecto en la forma en que te protege de
estos invasores.
Aun así, si exponemos crónicamente nuestro cuerpo a lesiones por toxinas
y alimentos que el cuerpo nunca fue diseñado para procesar, se produce
una situación llamada inflamación crónica. La inflamación crónica es tan
dañina como beneficiosa es la inflamación aguda.
¿Qué persona en uso de razón se expondría voluntaria y repetidamente a
alimentos u otras sustancias que se sabe causarán daños en el cuerpo?
Bueno, los fumadores quizás, pero al menos hicieron esa elección a
sabiendas.
El resto de nosotros simplemente seguimos la dieta recomendada por los
principales medios de comunicación, la cual es baja en grasa y alta en
grasas poliinsaturadas y carbohidratos, sin saber que le estábamos
causando lesiones repetidas a nuestros vasos sanguíneos. Estas lesiones
repetidas causan inflamación crónica que lleva a enfermedades del
corazón, infartos, diabetes y obesidad.
Déjame repetirlo: Las lesiones e inflamaciones en nuestros vasos
sanguíneos son causadas por la dieta baja en grasas recomendada durante
años por la medicina.
¿Cuáles son los principales culpables de la inflamación crónica?
Bastante simple, la sobrecarga de carbohidratos simples altamente
procesados (azúcar, harina y todos los productos hechos con ellos) y el
consumo excesivo de aceites vegetales ricos en omega-6 como el de
girasol, maíz o soja, los cuales están presentes en muchos alimentos
procesados.
Tómate un momento para visualizarte frotando un cepillo rígido
repetidamente sobre piel blanda hasta que se quede bastante roja y a
punto de sangrar. Si repites esto varias veces al día, todos los días
durante 5 años. A parte de tener que tolerar el doloroso frote, tendrías
una zona sangrienta e infectada que empeoraría con cada lesión. Esta es
una buena manera de visualizar el proceso inflamatorio que puede estar
ocurriendo en tu cuerpo ahora mismo.
Sin importar dónde ocurra el proceso inflamatorio, externa o
internamente, es lo mismo. He mirado dentro de miles y miles de
arterias. Una arteria enferma se ve como si alguien hubiera cogido un
cepillo y hubiera escarbado repetidamente contra su pared. Varias veces
al día, todos los días, los alimentos que comemos crean pequeñas
lesiones que se acumulan en más lesiones, haciendo que el cuerpo
responda continua y apropiadamente con inflamación.
Mientras paladeamos el tentador sabor de un pan dulce, nuestros cuerpos
responde alarmantemente como si un invasor extraño hubiera llegado
declarando la guerra. Alimentos cargados con azúcares y carbohidratos
simples, o procesados con aceites ricos en omega-6 para que duren más en
las estanterías han sido protagonistas en la dieta americana durante 6
décadas. Estos alimentos han ido lentamente envenenando a todo el mundo.
¿Cómo puede ser que comiendo un simple pan dulce crees una cascada de inflamación que te hace enfermar?
Imagina derramar sirope en tu teclado y tendrás una visual de lo que
ocurre dentro de la célula. Cuando consumimos carbohidratos simples como
el azúcar, el azúcar en sangre aumenta rápidamente. En respuesta a
esto, tu páncreas segrega insulina cuyo papel principal es llevar el
azúcar a cada célula donde es almacenado como energía. Si la célula está
llena y no necesita glucosa, es rechazado para evitar que el azúcar
extra empalague la maquinaria.
Cuando tus células llenas rechazan la glucosa extra, el azúcar en sangre
aumenta produciendo más insulina y la glucosa se convierte en grasa
almacenada.
¿Qué tiene que ver todo esto con la inflamación? El azúcar en sangre es
controlado de forma muy exhaustiva. Las moléculas extra de azúcar se
unen a una variedad de proteínas que van dañando las paredes de los
vasos sanguíneos. Esta lesión repetida de las paredes crea inflamación.
Cuando disparas tus niveles de azúcar en sangre varias veces al día,
todos los días, es exactamente como poner papel de lija dentro de tus
delicados vasos sanguíneos.
Puede que no lo veas, pero ten por seguro que está ahí. Yo lo vi en unos
5.000 pacientes de cirugía durante 25 años los cuales tenían un
denominador común- inflamación en las arterias.
Volvamos al pan dulce. Ese objeto pequeño de aspecto inocente no sólo
contiene azúcar, está cocinado con alguno de los aceites de omega-6 como
el de soja. La patatas fritas son bañadas en aceites vegetales; los
alimentos procesados son manufacturados con aceites de omega-6 para que
duren más en las estanterías. Aunque los omega-6 son esenciales- son
parte de todas las membranas celulares que controlan lo que entra y sale
de la célula- deben estar en un equilibrio adecuado con los omega-3.
Si el balance cambia hacia un consumo excesivo de omega-6, la membrana
celular produce químicos llamados citocinas que directamente causan
inflamación.
La dieta americana típica de hoy en día ha producido un balance extremo
entre estos dos ácidos grasos. El ratio de desequilibrio va desde 15:1
hasta niveles tan altos como 30:1 (30 veces más omega-6 que omega-3).
Esto significa una cantidad tremenda de citocinas causando inflamación.
En el entorno alimenticio de hoy en día, un ratio de 3:1 sería óptimo y
saludable.
Para hacer las cosas peor, el exceso de peso que estás cargando por
comer estos alimentos crea células grasas saturadas que vierten grandes
cantidades de químicos pro-inflamatorios que se añaden a las lesiones
causadas por tener alto azúcar en sangre. El proceso que empezó con el
pan dulce ahora empieza un círculo vicioso que con el tiempo crea
enfermedades coronarias, alta presión sanguínea, diabetes y finalmente,
Alzheimer, mientras el procesos inflamatorio sigue su curso.
No queda duda que cuanto más consumimos alimentos preparados y
procesados, más activamos el proceso inflamatorio día tras día. El
cuerpo humano no puede procesar, ni está diseñado para consumir
alimentos repletos de azúcar y bañados en aceites de omega-6.
Sólo hay una forma de acabar con la inflamación, y es volver a alimentos
cercanos a su estado natural. Para construir músculo, come más
proteínas. Elige carbohidratos que son muy complejos como frutas y
verduras coloridas. Corta o elimina las grasas omega-6 causantes de
inflamación como el aceite de soja o maíz y las comidas procesadas que
están hechas con ellos.
Una cucharada de aceite de maíz contiene 7.280 mg de omega-6; el aceite
de soja contiene 6.940 mg. En su lugar, usa aceite de oliva o
mantequilla procedente de ganado alimentado con pasto.
Las grasas animales contienen menos de un 20% de omega-6 y son mucho
menos propensas a causar inflamación que los supuestamente saludables
aceites etiquetados como poliinsaturados. Olvídate de la “ciencia” que
te han metido en la cabeza durante décadas. Las pruebas de que las
grasas saturadas causen problemas de corazón son inexistentes. Las
pruebas de que las grasas saturadas aumentes el colesterol en sangre son
también muy débiles. Ahora que sabemos que el colesterol no es la causa
de los problemas de corazón, el miedo hacia las grasas saturadas tiene
menos sentido todavía.
La teoría del colesterol llevó a las recomendaciones de nada o muy poca
grasa que en consecuencia crearon los alimentos que ahora están causando
una epidemia de inflamación. La medicina cometió un error terrible
cuando recomendó a la gente que evitaran las grasas saturadas a favor de
alimentos altos en grasas omega-6. Ahora tenemos una epidemia de
inflamación arterial que lleva a problemas del corazón y otros asesinos
silenciosos.
Lo que puedes hacer es elegir alimentos completos que tu abuela servía y
no esos que tu madre empezó a elegir cuando las tiendas se llenaron de
alimentos manufacturados. Eliminando las comidas inflamatorias y
añadiendo nutrientes esenciales de alimentos frescos y no procesados,
revertirás años de daños en tus arterias y tu cuerpo por consumir la
típica dieta americana.”
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