La Hoguera de las Sanidades
Diario de Mallorca publicó ayer una información interesante y muy satisfactoria para el colectivo que anima esta Argos. Los familiares del inmigrante Alpha Pam, fallecido en Mallorca por tuberculosis, niegan que fuera desatendido en el hospital de Inca.
Recuerden desde este titular los que hace unos meses mandaban en la
prensa española, la opinión publicada de ONG’s como Médicos del Mundo y
de varios portavoces de la izquierda española: Rubalcaba, Cayo Lara,
Llamazares, Elena Valenciano, Soraya Rodríguez y tantos otros. No tienen
más que googlear cualquiera de estos nombres+ Alpha Pam y verán. El
conseller de Sanidad, Sansaloni, se puso al frente de la manifestación
sin percibir que iba derecha a su departamento y destituyó al gerente
del hospital, además de abrir expediente a la médico de Urgencias y al
enfermero de Triaje. Entonces publiqué una versión de los hechos
incontestable: la del gerente Fernando Navarro. Las cosas no pudieron
suceder de otra manera. Este titular de hoy nos da la razón. Lástima que
Rubalcaba o Llamazares ya no se acordarán de quién era Alpha Pam, un
pretexto para al agitación. Así lo contamos hace unos meses y la
hemeroteca no nos desmiente:
Decíamos ayer. Fernando Navarro es la última víctima propiciatoria del
populismo y la demagogia que incendian este país como el mapa de
Bonanza. Tuve conocimiento de su caso el pasado jueves, cuando vi su
foto con un escrito lapidario en la página 2 del diario El Mundo. Ahí se
dice que la causa de su destitución fue “la pésima atención” recibida
por un sin papeles que murió por tuberculosis (y mala atención): “Al
inmigrante lo atendieron durante cinco minutos, erraron en el
diagnóstico y le obligaron a firmar un compromiso de pago”. Tres
conceptos en la frase y parece que los tres erróneos.
Si no conociera bien a Fernando Navarro, yo mismo habría dado por buenas
la noticia de su destitución y las causas que la provocaron. Podría
tratarse de una negligencia médica, estas cosas pasan. Harían falta más
datos, pero no es una información disparatada, como la de la inmigrante
hondureña a quien se negaron a reponerle el hueso del cráneo serrado y
retirado durante una craneotomía, según algunos medios.
El mismo jueves me puse en contacto con él y le pedí que me escribiera
un resumen para publicar aquí. Ayer, viernes, hizo público un comunicado
del que daba cuenta la prensa local. Fernando, bajo el nick de
‘Navarth’, es uno de los más brillantes y documentados remeros de la
Argos desde sus primeras singladuras en julio de 2006. esta es la
historia completa, puro Tom Wolfe:
A finales de febrero se
detectan dos casos de tuberculosis en el Hospital de Inca: dos niños
senegaleses, hermanos, que viven en Can Picafort, en el norte de la
isla. Como se trata de una enfermedad infectocontagiosa el jefe de
servicio de pediatría del Hospital y el de medicina preventiva se ponen
en contacto con los familiares de los niños e intentan convencerlos para
que les proporcionen los nombres de todas las personas que han
convivido en la vivienda. Los familiares se muestran reacios a
suministrar la información: resulta evidente que la persona o personas
que han convivido con los niños son emigrantes ilegales, y a éstos, como
es natural, no les gusta proporcionar mucha información sobre su
situación. Este es un problema que nos encontraremos a lo largo de toda
la historia. Finalmente los médicos del Hospital obtienen una
información: efectivamente hay una persona que ha convivido con los
niños en las últimas semanas, aunque su nombre no es proporcionado.
Desde el hospital de Inca se activa el Protocolo de Enfermedades de
Declaración Obligatoria (EDO) y se notifica del caso de tuberculosis a
la Dirección General de Salud Pública avisando de la existencia de ese
desconocido que ha estado en contacto con los niños, del que se sospecha
que puede ser el portador original del bacilo. De acuerdo con lo que
posteriormente me contarán, en Salud Pública se ponen en contacto con la
Policía Local de Can Picafort, que acude al domicilio de los niños,
localiza al desconocido, y lo lleva al Centro de Salud (de Can
Picafort). Allí le realizan un Mantoux, una prueba para determinar si
tiene o ha tenido anticuerpos de tuberculosis. Su nombre es Alpha Pam.
Esto sucede el 25 de febrero.
El 28 de febrero Alpha Pam vuelve a acudir al Centro de Salud, donde se
le dice que el Mantoux ha sido negativo. Sin embargo es derivado a
Urgencias del Hospital de Inca para mayor seguridad. En el volante de
derivación el médico del Centro de Salud indica el resultado negativo
del Mantoux y la circunstancia de haber estado en contacto con
tuberculosis, y recomienda la realización de una placa torácica.
El 4 de abril, 35 días después, Alpha Pam acude a Urgencias del Hospital
de Inca. Como en todos los casos Alpha Pam pasa sucesivamente por el
mostrador de admisión (en el cual hay un administrativo), por el
mostrador de triage (en el cual hay un enfermero), y por el médico de
urgencias. El enfermero de triage lo clasifica como urgencia de nivel 4.
Hay cinco niveles de urgencias, siendo 1 la más grave. Una urgencia 4
es una urgencia banal, que en principio podría ser atendida incluso en
el PAC del propio Centro de Salud. Esto parece indicar que ni Alpha Pam
le ha mencionado el contacto con tuberculosis ni le ha mostrado el
volante de derivación desde Atención Primaria porque en cualquiera de
los casos el enfermero habría activado inmediatamente un protocolo de
aislamiento del paciente. Por su parte el médico anotará en el parte de
alta haber tratado al paciente por tos y dolor de garganta, haberle
diagnosticado bronquitis, haberle recetado antibióticos y
antiinflamatorios, y haber encomendado la vigilancia de la evolución de
la enfermedad a su médico de cabecera: tampoco parece haber sido
informado de la posibilidad de tuberculosis. El error idiomático debe
ser descartado: Alpha Pam llevaba años residiendo irregularmente en
España y hablaba correctamente español.
Alpha Pam no vuelve a aparecer ni por el Hospital ni por el Centro de
Salud, y el 21 de abril, con 27 años de edad, muere por tuberculosis en
su casa. Cinco días más tarde aparecen por urgencias del Hospital de
Inca otros dos emigrantes senegaleses que declaran haber mantenido
contacto con Alpha Pam, y se les proporciona el tratamiento antibiótico
profiláctico contra la tuberculosis.
A partir de ese momento se desata la tormenta. A los dos días de ser
atendidos en el Hospital de Inca los compañeros de Alpha Pam ponen una
reclamación exigiendo, curiosamente, ser atendidos. Más curioso aún: una
de las reclamaciones se presenta escrita en correcto mallorquín.
Simultáneamente los diputados autodenominados ‘econacionalistas’
comienzan a lanzar andanadas contra la sanidad balear y su consejero,
Martí Sansaloni.
Lo consignado hasta aquí es una fría descripción de los hechos. Resulta
muy complicado continuar con una descripción lineal de las acusaciones
porque la técnica empleada es, digamos, impresionista, a base de
brochazos dispersos que provocan un potente efecto visual en el
espectador: ha muerto un hombre joven; es negro; es emigrante irregular;
no tiene recursos; gobierna el PP; el PP es insensible y ha hecho
recortes; se le ha denegado la asistencia; nuestro corazón (el de Fina
Santiago y Biel Barceló) sangra por los desfavorecidos… Ante esta
acusación difusa la defensa racional se vuelve tan inútil como
argumentar ante un coro de cacatúas. Cuando son desalojadas de una rama
(por ejemplo, cuando se demuestra que la supuesta inasistencia al
emigrante no ha existido) las cacatúas se desplazan a otra sin dejar de
cacarear (y sin disculparse por haber ocupado injustificadamente la rama
previa).
En cualquier caso esta dificultad se vuelve irrelevante porque el
Consejero prohíbe al gerente del Hospital que se defienda ante los
medios con el argumento de ser preferible centralizar la información en
su gabinete de prensa; el gabinete por su parte renuncia a una defensa
eficaz.
Con los socialistas incorporados a las protestas las acusaciones
comienzan poco a poco a perfilarse (aunque no mucho). Como el largo
periodo de tiempo transcurridos entre la visita de Alpha Pam al Centro
de Salud y la realizada al Hospital enturbian un poco el relato se
comienza a insinuar que en ese periodo ha intentado infructuosamente ser
atendido en varias ocasiones, pero que la asistencia se le ha denegado
por carecer de recursos. Los compañeros de Alpha Pam se apuntan a la
historia y se animan a precisar un par de fechas. Resulta ser una mala
idea: la grabación de las cámaras de seguridad del Hospital demuestra
que la historia es falsa (para cualquiera que trabaje en sanidad
pública, por cierto, esta versión es completamente inverosímil desde el
primer momento: en Urgencias se atiende a todo el mundo). La acusación
deriva entonces hacia otro punto: Alpha Pam ha sido atendido, sí, pero
se le ha obligado a firmar un compromiso de pago en admisión de
urgencias. ¿Y esto qué es? Explicarlo es, me temo, un poco coñazo. Allá
voy.
Los españoles tenemos garantizada asistencia sanitaria gratuita total
prácticamente en todos los casos. Además de los trabajadores,
pensionistas, parados etc, todos aquéllos que perciben rentas anuales
inferiores a 100.000 € pueden disfrutar de ella. Pero este derecho no es
automático: es necesario obtener previamente la tarjeta sanitaria. En
el caso de las personas con rentas inferiores a 100.000 € con carácter
previo a la obtención de la tarjeta es necesario realizar unos trámites
previos en el INSS. Si no se presenta la tarjeta se obtiene, desde
luego, la asistencia sanitaria, pero el paciente firma un documento en
el que se le dice que si en un determinado plazo no la presenta se le
podrá facturar. Este es el compromiso de pago.
En cuanto a los extranjeros que viven en España, los que residen
legalmente tienen reconocida la asistencia sanitaria total gratuita en
términos similares a los españoles, y también tienen que pasar por el
INSS. Por su parte los que están en situación irregular (los ‘sin
papeles’) tienen derecho a asistencia sanitaria gratuita en determinados
casos: urgencias, menores, embarazadas, EDO’s y casos de trata de
blancas o asilo político. Este derecho sí es automático: al emigrante
ilegal le basta con manifestar su condición para obtener la asistencia
sanitaria gratuita en los supuestos mencionados. Por último, los
turistas no tienen reconocida la asistencia sanitaria gratuita.
Es muy importante destacar dos cosas. Una, que el no tener derecho a
asistencia sanitaria gratuita de urgencias no quiere decir que no se
tiene derecho a asistencia sanitaria de urgencias: esta se recibe en
todo caso, pero puede ser facturada posteriormente. Dos, que el
procedimiento administrativo por el que se solicita el compromiso de
pago no es un filtro previo a la asistencia: ésta se obtiene en
cualquier caso.
Los compromisos de pago se llevan al departamento de facturación, que
decide si la asistencia es facturable. El sistema presenta algunos
problemas. Para empezar ¿cómo se distingue a un emigrante ilegal, que
tiene derecho automático a asistencia sanitaria gratuita de urgencias,
de cualquier otro colectivo que no la tiene? Como he dicho no es
habitual que un emigrante ilegal diga que lo es. Es más fácil, por
ejemplo, decir que es un turista, firmar el compromiso de pago, y dar
una dirección falsa. La asistencia de urgencias entonces se le
facturará, pero la factura no llegará y aquí paz y después gloria.
En resumen todo el caso se reduce a que Alpha Pam llegó a Urgencias de
Inca y fue atendido, aunque su tuberculosis no fue detectada. En el
proceso firmó un compromiso de pago que no llegó a convertirse en una
factura. Punto final.
Ahora el consejero de Sanidad Martí Sansaloni, asustado ante la campaña
que se había alzado contra él (recordemos: el PP es cruel y racista y
niega la asistencia sanitaria a los pobres emigrantes tras robarles su
dinero) ha optado por una solución innovadora: se ha puesto al frente de
la manifestación contra sí mismo. Efectivamente, al echar violentamente
la culpa al Hospital de Inca (y su humilde gerente) ha reconocido dos
cosas: a) que la culpa existía y b) que los socialistas y
econacionalistas tenían razón.
Una última cosa. En la rueda de prensa que el joven consejero Martí
Sansaloni convoca para explicar mi cese afirma que éste es debido a
errores en el tratamiento administrativo de los emigrantes en situación
irregular, lo que resulta sorprendente porque las instrucciones y
protocolos que rigen este tratamiento administrativo se dictan
directamente por los Servicios Centrales del Servicio de Salud de
Baleares. Es decir, por él.
Fernando Navarro
Léanlo despacio. Muy resumidamente la historia es una desgracia de
nuestro tiempo: la detección de tuberculosis en dos niños inmigrantes
pone en marcha una investigación para localizar a personas que pudieran
haber sido infectados por su proximidad a los niños. La Policía Local
encuentra a Alpha Pam, senegalés de 27 años, inmigrante sin papeles. Se
le practica la prueba Mantoux el 25 de febrero en el Centro de Salud de
Can Picafort. Tres días más tarde se le llama para notificarle que la
prueba es negativa, pero que se le va a derivar al Hospital de Inca para
hacerle una prueba complementaria, una placa torácica. Alpha Pam no
acude. Pasan 35 días y el citado va al servicio de urgencias del
hospital el 4 de abril, donde se sigue el protocolo y es atendido por la
médico de Urgencias a quien no muestra el volante de derivación ni le
cita su contacto con la enfermedad. La médico le receta antibióticos y
antiinflamatorios. Ya no se vuelve a tener noticias de Alpha Pam ni en
el Hospital ni en el Centro de Salud hasta que muere en su casa 17 días
más tarde, el 21 de abril.
Debo confesar tres circunstancias que me afectan al escribir este
comentario: la primera es servidumbre del oficio, un cierto afán por la
verdad. La segunda es mi afecto personal por la víctima de esta hoguera
de las vanidades. La tercera, contribuir, en la medida de lo posible, a
reparar una injusticia o al menos a denunciarla. Con tal propósito
ofrezco este blog al gerente destituido y a los tres profesionales de
Urgencias absurdamente expedientados. Si los citados quieren emprender
acciones legales no tienen más que abrir una cuenta cuyo número
pondremos aquí para recaudar fondos con tal propósito.
La cuestión tiene un cierto afán vindicativo: la promesa de seguir este
asunto hasta su desenlace, cuando se demuestre la veracidad de cuanto se
dice en este comentario y el conseller Martí Sansaloni sea víctima de
la turba que él mismo ha encabezado. Me gustará dirigirle entonces un
calificativo rotundo que evalúe su capacidad intelectual. Dirán que eso
sería un insulto, tan contrario a las normas de este blog, pero confío
en que llegado el caso podré aducir lo mismo que le diría a un juez que
hipotéticamente quisiera emplumarme por un delito de injurias a
Sansaloni: exceptio veritatis, señoría.
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