En coma después de 253 días sin ser operada de un aneurisma cerebral
Llevaba una bomba de relojería instalada en su cabeza y en la madrugada
de ayer acabó por explotar. Lo hizo después de 253 días con sus
respectivas noches en la lista de espera de Neurocirugía, y un año y
pico después de que le fuera diagnosticado ese aneurisma cerebral que,
ahora, tras haberle provocado una gravísima hemorragia, la mantiene al
filo de la muerte en la UCI de La Arrixaca.
Hace más de cinco meses, el 25 de febrero pasado, Juana Vidal Marcos
denunció en este periódico la delicadísima situación en la que se
encontraba. «No se puede vivir con este miedo; tengo constantes cambios
de humor y no puedo llevar una vida normal», había declarado, consciente
de que el aneurisma -dilatación de las paredes de una arteria- que se
le había descubierto en febrero de 2012 significaba una amenaza muy real
para su vida. Tan consciente era del riesgo como solo puede serlo
quien, como es su caso, había visto morir a su hermana, a los 39 años,
por esa misma razón.
Para ese momento, cuando hizo la denuncia pública, llevaba ya 90 días en
la lista de espera del Servicio de Neurocirugía del hospital Virgen de
la Arrixaca, pendiente de que le dieran cita para entrar a quirófano. De
nada, resulta bastante evidente, le sirvieron sus quejas.
Un aneurisma es una patología grave, pero no implica que deba ser
operada de un día para otro. Se trata de una dilatación o abombamiento
de una arteria -en este caso, en el cerebro- motivada por la debilidad
de las paredes del vaso sanguíneo, lo que implica que puede llegar a
reventar, causando una gran hemorragia. Cuando eso ocurre, el riesgo
para la vida es muy elevado.
Aunque este problema médico no siempre se resuelve con una intervención
quirúrgica, ya que en función del tamaño del aneurisma y de su
localización varía el riesgo de hemorragia, en el caso de Juana Vidal se
consideró necesario operar.
En un primer momento, después de una serie de pruebas radiológicas, se
optó por que fuera intervenida mediante un catéter, que sería
introducido a través de la arteria femoral hasta llegar a la zona
afectada. Sin embargo, meses después, ya en julio, el radiólogo
intervencionista consideró que la mejor opción era la cirugía abierta -a
través de un hueco en el cráneo-, por lo que entró en la lista de
espera de Neurocirugía de La Arrixaca. Este servicio, calificado de
referencia en la Región, es uno de los más colapsados y el tiempo medio
de las intervenciones se situaba el año pasado por encima de los 120
días.
El pasado octubre, después de aguardar durante tres meses a ser llamada a
quirófano, hizo públicas sus quejas. Afirmaba que no era capaz de
soportar esa incertidumbre, sabiendo que en cualquier momento la artería
podía reventar, anegando de sangre su cerebro. Incluso había sufrido
ataques de pánico por los que había tenido que recibir asistencia en
Urgencias.
Fuentes sanitarias aseguraron ayer a este periódico que la mujer
prácticamente estaba ciega desde hacía dos semanas, en apariencia a
causa de ese problema, y que a mitad de semana trató de que la
ingresaran en La Arrixaca para que la intervinieran de una vez. No
habría logrado su propósito, por lo que regresó a su domicilio.
Este dato no fue confirmado ayer por fuentes oficiales de La Arrixaca,
que sin embargo sí admitieron que la mujer llevaba desde el 25 de julio
en lista de espera. También explicaron que la prioridad de su operación
se había fijado en un 'grado 2', lo cual significa que no tendría que
haber superado los noventa días de espera. También apuntaron a que Juana
Vidal tenía ya muy próxima la fecha de intervención: el próximo martes,
día 9, y se mostraron muy afectados y apesadumbrados por la noticia de
que la mujer había sufrido una grave hemorragia.
Aunque oficialmente no ofrecieron explicación alguna al importante
retraso en llamar a Juana Vidal a quirófano, la única razón parece
apuntar al colapso existente en el servicio de Neurocirugía. En los
últimos meses, las listas de esperas quirúrgicas han experimentado un
fuerte crecimiento en la Región. 'La Verdad' desveló el mes pasado que
el 31 de diciembre de 2012 había 3.898 enfermos que habían superado el
tope legal de 180 días de espera; casi el triple que en la misma fecha
de 2011.
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