20130303

Juventud e investigación española ante el cáncer de páncreas

Juventud e investigación española ante el cáncer de páncreas


Jack Andraka pasó de ser un típico adolescente estadounidense sin conciencia alguna del páncreas a un joven científico, una transición fruto de su hallazgo de una forma barata de detectar cáncer en ese órgano antes de que se vuelva mortal.
Jack Andraka durante su conferencia Ted. Foto: James Duncan Davidson / Ted Conference

Jack Andraka durante su conferencia Ted.

"Con internet, cualquier cosa es posible", dijo Andraka mientras contaba la historia de su hallazgo en la conferencia TED sobre innovación, que se realiza esta semana en Long Beach, en el sur de California. "Si un joven de 15 años que no sabía qué era el páncreas pudo encontrar una manera de detectar un cáncer de páncreas, imagínese lo que ustedes podrían hacer", agregó.

Andraka, que cumplió 16 años en enero, contó cómo hace tres años empezó a navegar en internet para buscar información sobre el cáncer de páncreas después de que un querido amigo de su familia murió de esta enfermedad.

Entonces, dijo, se sorprendió al enterarse de que generalmente este cáncer se detecta demasiado tarde como para salvar al enfermo. Además, la prueba utilizada para diagnosticar esta enfermedad tiene 60 años, agregó. "Es más vieja que mi papá", bromeó Andraka, para quien lo más grave es que es "costosa, imprecisa" y supone que un médico tenga una sospecha muy grande de cáncer para solicitarla.

Lo que se necesitaba era una prueba barata, rápida, simple y efectiva, pensó entonces. "Sin inmutarme por mi optimismo adolescente, consulté a los dos mejores amigos de un adolescente: Google y Wikipedia", dijo Andraka. Así encontró que hay miles de proteínas que pueden ser detectadas en la sangre de las personas con cáncer de páncreas y buscó una que podría servir como indicador temprano de la enfermedad.

"Por último, en el intento número 4.000, cuando ya estaba perdiendo la cordura, encontré la proteína", dijo Andraka. La revelación se produjo en lo que describió como un lugar poco probable: una clase de biología de secundaria a la cual no estaba prestando atención.

De repente me di cuenta de que podía combinar lo que estaba leyendo con lo que se suponía que debía estar escuchando

Jack Andraka

"Me puse a leer un artículo sobre los nanotubos (estructuras tubulares con un diámetro del tamaño del nanómetro) a escondidas debajo de mi escritorio, mientras se suponía que tenía que prestar atención a los anticuerpos", recordó Andraka. "De repente me di cuenta de que podía combinar lo que estaba leyendo con lo que se suponía que debía estar escuchando".

Según él, la receta para hacer sensores de papel para detectar la proteína - mesotelina - en la sangre es "casi tan simple como hacer galletitas con chispas de chocolate, que me encantan". La prueba cuesta tres centavos de dólar, toma unos minutos y tiene aparentemente un 100% de precisión.

Andraka dijo que envió 200 solicitudes a laboratorios científicos para poder continuar su trabajo. Todos lo rechazaron, menos la Universidad Johns Hopkins, donde pasó por un durísimo interrogatorio antes de ser aceptado. Finalmente pudo continuar su investigación, que le valió el gran premio de la feria internacional de ciencia ISEF 2012 (Intel International Science and Engineering Fair), la mayor competición internacional de ciencia a nivel preuniversitario.

Un paso más cerca del tratamiento


La biotecnológica española Argon Pharma, con sede en el Parc Científic de Barcelona, ha desarrollado un nuevo fármaco oral para el tratamiento del cáncer de páncreas, para el que hasta ahora no existe cura, que empezará a probarse en humanos a comienzos de 2014 después de que en los ensayos preclínicos haya demostrado una supervivencia de entre cuatro y seis meses.

El fármaco se conoce como Oncostane, y estos resultados son posibles gracias a su novedoso mecanismo de acción, ya que se dirige específicamente a eliminar las células tumorales y minimiza el daño al resto de células del organismo. Actúa "en la apoptosis, un proceso de muerte celular programada. Gran parte de células tumorales tienen sus mecanismos de supervivencia alterados y al inhibir esta vía, les afecta en mayor medida", ha explicado el director general de la compañía, Ramón Roca.

Esto es debido, ha añadido, a que la mayoría de células cancerosas, han perdido los contactos célula-célula durante la transformación maligna, mientras que las células normales, al ser expuestas a inhibidores de adhesiones focales, mantienen los contactos célula-célula de los procesos de señalización de supervivencia.

"Hemos comprobado como nuestro candidato tiene la capacidad de actuar en esta vía de señalización, ha mostrado eficacia antitumoral en modelos animales y presenta sinergia con el fármaco de primera línea para la indicación de cáncer de páncreas: la gemcitabina, que es el principio activo del fármaco Gemzar, de Lilly", indica Roca.

Más barato


La administración oral del fármaco será otra de sus ventajas. Hasta ahora, los medicamentos de quimioterapia que se prescriben para cáncer de páncreas son de administración intravenosa hospitalaria, lo que conlleva un elevado coste personal, económico y social y presentan gran toxicidad e importantes efectos adversos en los pacientes, ya que interfieren con la síntesis de ADN, o son inhibidores de receptores de factores de crecimiento.

El nuevo fármaco tendría menos coste personal, económico y social

Por el contrario, Oncostane "no ha mostrado toxicidades aparentes en los ensayos realizados hasta el momento, lo que, junto a la facilidad de administración, supondrá una importante mejora de la calidad de vida del paciente", subraya el directivo.

Cuando el nuevo fármaco supere la fase 2 de ensayo con pacientes, Argon Pharma tiene previsto licenciar el fármaco a una multinacional. Los recursos obtenidos permitirán a la firma avanzar en nuevos proyectos para combatir otras indicaciones oncológicas.

Argon Pharma acaba de obtener una ayuda de 250.000 euros del Ministerio de Economía y Competitividad, en el marco del Programa Innocash para la finalización de los ensayos preclínicos regulatorios del nuevo fármaco. Esta aportación se suma a los 500.000 y 167.000 euros que la compañía ha conseguido estos dos últimos años a través de varios programas. En total, y junto a otras ayudas competitivas, Argon Pharma ha captado más de un millón de euros para llevar hasta prueba de concepto clínica el candidato a fármaco surgido de su investigación.

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