Detectados cuatro casos en Asturias de chicas intoxicadas por tampones con vodka
Gijón registró tres casos de intoxicación etílica en chicas que usaron tampones con vodka. Hubo otro caso reciente en Asturias en una niña de 14 años.
Lo que parecía una leyenda urbana, ya no lo es. El 'tampodka', concepto que pretende unir las palabras tampón y vodka (que en eso consiste, básicamente), ha llegado a Asturias. Se trata de una peligrosa moda adolescente que nació en Estados Unidos y que ya ha cruzado el charco. Consiste en impregnar un tampón en una bebida alcohólica de mucha graduación -por lo general, whisky o vodka- e introducírselo por la vagina o por vía anal, en el caso de los varones que también recurren a esta práctica.
El problema es que se trata de una moda «muy peligrosa»,
según los facultativos y especialistas en drogadicción. En Gijón, los
hospitales de Cabueñes y Jove han atendido al menos tres casos de
intoxicación etílica por 'tampodka' en los últimos nueve meses, a los
que recientemente se ha sumado un cuarto protagonizado por una
adolescente asturiana de 14 años, de cuya situación se desconocen más
detalles.
«No es ninguna broma»
Todas estas jóvenes, con edades entre 14 y 19 años,
llegaron al hospital con algo más que una borrachera. Dos de ellas,
según pudo confirmar EL COMERCIO, ingresaron con un cuadro de coma
etílico. Pese a que sus compañeros de marcha juraban que las chicas no
habían ingerido una gota de alcohol, los análisis de sangre daban cuenta
de todo lo contrario y constataban una alcoholemia aguda. Se trataba de
un caso de absorción de alcohol por vía vaginal, «una moda que no es
ninguna broma», advierte Eduardo Carreño, que dirige en Gijón una
clínica para el diagnóstico y tratamiento de adicciones.
La vagina es una zona muy irrigada, por lo que el alcohol
impregnado en el támpax va directamente a la sangre sin pasar por el
hígado, que se encarga de metabolizarlo. «Es fácil llegar al coma»,
detalla Carreño, que insiste en la peligrosidad de esta nueva fórmula.
Además, el alcohol provoca serios daños en la zona vaginal, «destruye la
mucosa, la deja hecha unos zorros», explica de forma muy literal.
Los pediatras españoles ya han dado la voz de alarma sobre estas nuevas prácticas en su última revista Anales de Pediatría.
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