Un químico estadounidense ha encontrado una posible explicación a por qué las personas pelirrojas son más propensas que las morenas a padecer cáncer de piel, ya que ha descubierto cómo los rayos ultravioletas afectan de forma distinta a la función fotoquímica de los pigmentos de la piel. Este descubrimiento fue presentado hoy por el propio autor, John Simon, profesor de química de la Universidad de Duke (Estados Unidos), durante el último encuentro nacional de la Sociedad Química Americana.
Mediante un tipo de láser ultravioleta, capaz de producir una gran variedad de longitud de ondas, y un microscopio especial los investigadores han comparado las diferencias de las posibles oxidaciones entre los pigmentos de las personas pelirrojas y los de las morenas. Estas oxidaciones potenciales miden la posible cantidad de sustancias químicas existentes para activar el oxígeno mediante los electrones.
Según el autor, el objetivo del estudio es "determinar si hay diferencias entre las dos clases de pigmentos humanos en cuanto a la capacidad de activar el oxígeno". Esto se debe a que "la activación del oxígeno puede producir compuestos denominados radicales, que influyen en estrés oxidativo de las células". Dicho estrés, "en última instancia, podría desembocar en cáncer u otras enfermedades".
Hasta el momento los investigadores no habían tenido éxito en la búsqueda de esta diferencia, según el autor. En las conclusiones de este estudio se han encontrado diferencias químicas entre los pigmentos de melanina de ambos tipos de piel, ya que los melanomas de las personas morenas presentan un índice termodinámico negativo a la hora de activar el oxígenos; mientras que las pelirrojas, este índice es favorable. Esto podría ser la razón por la que, según el autor, las personas pelirrojas y de piel clara tienen más probabilidades de padecer cáncer que las de piel morena.
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