explicando toda la basura que rodea a la ciencia..
El Nobel Watson revoluciona el debate sobre el futuro del cáncer
Un día después de la publicación de los prometedores datos de la
evolución del cáncer en EE UU (baja la incidencia de todos los tipos
menos el del papiloma), el Nobel James Watson, codescubridor de la doble
hélice de ADN en que se basa toda la genética actual, ha puesto patas
arriba el debate sobre el futuro de este conjunto de enfermedades, la
segunda, tras las cardiovasculares, en mortalidad en los países ricos.
Watson, de 84 años (nació el 6 de abril de 1928 en Chicago) ha utilizado
una revista nueva, Open Biology, creada en 2011. La publicación tiene
solo edición digital y es de acceso libre (con acreditación). Es tan
joven que todavía no tiene un factor de impacto (el índice que mide su
importancia en función de las veces que sus artículos son citados por
otros autores). En el artículo, el polémico científico afirma que las
nuevas terapias basadas en la genética no serán la solución para el
cáncer, y critica la moda de los antioxidantes, indicando que pueden
hacer más daño que bien a los enfermos.
En una entrevista a Reuters, Watson, que lleva años preparando su
artículo, afirma que las nuevas terapias, basadas en la caracterización
genética de cada tipo de tumor, “funcionan solo durante unos meses”, y
que “no hay nada para las metástasis de pulmón, colon y mama”.
El papel de los antioxidantes es más complejo. Por un lado, reducen los
radicales libres que deterioran el ADN. Pero, precisamente, su creación
es uno de los medios por los que actúan tratamientos como la
quimioterapia, ya que al actuar sobre el ADN matan las células. “Todo el
mundo pensaba que los antioxidantes eran buenos, pero pueden impedir
que curemos el cáncer”, dice Watson.
Por último, el científico, que hizo su gran descubrimiento con 25 años
(junto a Francis Crick y una científica cuyo papel se ha reivindicado
después, Rosalind Franklin) y recibió el Nobel en 1962, a los 34, fiel a
su fama de iconoclasta de la ciencia concluye que “el principal
obstáculo para la curación del cáncer es el carácter conservador
inherente a los estamentos que lo investigan”, y que “mientras esto siga
así, la curación estará siempre a 10 o 20 años vista”.
Las polémicas declaraciones del investigador han tenido unas medidas
reacciones: no es fácil contradecir a un Nobel con su carisma. María
Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas
(CNIO), defiende, en líneas generales, el artículo: “Watson ha sido y es
un líder de opinión y un visionario en temas claves de la biología y
biomedicina moderna”, afirma. “Hace una revisión del estado actual y las
perspectivas de futuro de varias de las rutas moleculares que se han
propuesto como claves en el desarrollo y tratamiento del cáncer. Es una
revisión bastante extensa, completa, y critica. Tras 40 años de
investigación en los mecanismos moleculares del cáncer, los éxitos no
han sido los previstos y esto es debido a que el problema del cáncer es
mucho más complejo de lo que se preveía”, afirma. “Lo que hace es pedir
que seamos creativos”. Por eso, “en definitiva, creo que cualquiera que
investigamos en el cáncer podemos encontrar de interés esta revisión y
artículo de opinión de Watson”, dice Blasco.
La investigadora también descarta que haya cierto oportunismo en el
autor. “Watson ha estado interesado en el problema del cáncer desde que
se inicio el estudio molecular”, y prueba de ello es que "a sus más de
80 años se inscribió —como lo haría cualquier estudiante— en una de las
conferencias del cáncer del CNIO sobre el tema de Cáncer y metabolismo,
ya que considera que esta es una de las vías de ataque prometedoras
contra el cáncer".
Pero frente a esta visión tan positiva, otros colegas de Blasco tienen más dudas.
“No se trata de un trabajo demasiado novedoso si no fuera porque lo
escribe Watson”, opina Rogelio González Sarmiento, investigador en el
Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca en declaraciones a
la web SINC.
El presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, Juan Jesús
Cruz, cree que las acusaciones del artículo —“en una revista poco
importante”— “no tienen mucho sentido”. “El esfuerzo que se está
haciendo es muy grande. En 2015 probablemente tengamos un mapa de los
tumores, que no sé lo que habrá costado. A su desesperanza yo opongo la
de que tengamos en unos años 20 o 30 vías comunes de las metástasis”, ha
dicho. Sobre los antioxidantes cree que Watson exagera: “El efecto de
las terapias es tan destructivo que por muchos antioxidantes que se
tomen dudo que se anule”.
En EE UU también hay dudas. Por ejemplo, Robert Weinberg, del
prestigioso MIT, ha defendido la aproximación genética, y ha explicado
que lo que ocurre es que cuando se bloquea una vía de proliferación del
cáncer, este muta y encuentra otra.
En cambio, sobre el tema de los antioxidantes, le dan la razón: lo que
es bueno como medida preventiva, puede no serlo cuando ya ha aparecido
el tumor. “Todo lo que mantenga el cáncer lleno de radicales libres es
un componente efectivo del tratamiento”, ha dicho Robert Benezra, del
Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York.
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